Le désespoir a sa beauté,
son ombreux charme. Le désespoir est le néant qui annihile notre
vie…dépouillement absolu, suprême spoliation. De ce déchirement radical, de
cette lacération existentielle, émergera un corps plus robuste, une nouvelle
espérance…le monde que je construirai avec les restes de mes rêves cassés.
Este es un blog creado con el único fin de compartir mi sensiblidad, de hacer partícipes a los demás del mundo levantisco, agitado y algunas veces apacible en el que se mueve mi ser. Su única intención es convertirse en un vehículo, en un canal por el que puedan pasar la turbulencia y la placidez de mis vivencias. Sísifo, el que arrastra por siempre el agobiante estigma de la humanidad: A ti, Sísifo, eterno frustrado, dedico este blog.
domingo, 29 de septiembre de 2013
miércoles, 28 de agosto de 2013
martes, 13 de agosto de 2013
lunes, 1 de abril de 2013
ACERCA DE LO REAL
Lo real como fenómeno independiente del sujeto existe, pero existe en la medida en que este es capaz de reconocer su existencia y de interpretarlo. ¿Y cómo es posible el reconocimiento y la interpretación de lo real? Pues, a través de la experiencia social e histórica del hombre. Es el contexto de la intersubjetividad y de las experiencias acumuladas socialmente los que determinan los criterios para la existencia o no existencia de algo. En ese sentido, cuando el hombre habla de lo real, incluso en el plano más riguroso (científico) habla de lo real en términos humanos, para lo que su capacidad de percepción y razonamiento permiten. ¿Y qué significa esto? Que lo real se transforma para ser reconocido como tal, que llega impregnado de humanidad al ser objeto de percepción. Desde este punto de vista, lo real como totalidad es incognoscible para el hombre, pero lo real se deja conocer desde el momento en que hay sensibilidad y capacidad de interpretación en los seres vivos. En conclusión, lo real existe externamente al perceptor (animal, hombre), pero cada uno de estos accede a diferentes niveles y proporciones de lo real a través de su aparato cognoscitivo. Además las formas en que los perceptores acceden a lo real son también un aspecto importante de aquel: esos modos de conocimiento reflejan tanto al objeto como el sujeto.
Lo real como fenómeno independiente del sujeto existe, pero existe en la medida en que este es capaz de reconocer su existencia y de interpretarlo. ¿Y cómo es posible el reconocimiento y la interpretación de lo real? Pues, a través de la experiencia social e histórica del hombre. Es el contexto de la intersubjetividad y de las experiencias acumuladas socialmente los que determinan los criterios para la existencia o no existencia de algo. En ese sentido, cuando el hombre habla de lo real, incluso en el plano más riguroso (científico) habla de lo real en términos humanos, para lo que su capacidad de percepción y razonamiento permiten. ¿Y qué significa esto? Que lo real se transforma para ser reconocido como tal, que llega impregnado de humanidad al ser objeto de percepción. Desde este punto de vista, lo real como totalidad es incognoscible para el hombre, pero lo real se deja conocer desde el momento en que hay sensibilidad y capacidad de interpretación en los seres vivos. En conclusión, lo real existe externamente al perceptor (animal, hombre), pero cada uno de estos accede a diferentes niveles y proporciones de lo real a través de su aparato cognoscitivo. Además las formas en que los perceptores acceden a lo real son también un aspecto importante de aquel: esos modos de conocimiento reflejan tanto al objeto como el sujeto.
domingo, 6 de enero de 2013
LAS AGUAS TIBIAS DEL AGNOSTICISMO
Lo que caracteriza al
agnosticismo es su precariedad conceptual, su cobardía teórica para afrontar
radicalmente el problema de Dios. El agnosticismo es la postura cómoda, light
del que no quiere comprometerse, es la traición al espíritu crítico de la
ciencia. El agnóstico se queda a mitad del camino de su liberación, pues se
niega a dar el zarpazo letal a su prejuicio religioso, se siente amedrentado
ante la posibilidad del escándalo y la desaprobación del statuo quo. Hay
verdades que requieren no solo lucidez, sino también coraje: al agnóstico le
falta esto último. Ateo por la gracia de mi razón y por el bendito temple de mi
carácter. Amén.
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POR QUÉ NO SOY AGNÓSTICO
El agnosticismo parte de un
supuesto válido: no podemos afirmar o negar que algo sea verdadero si no
tenemos criterios objetivos para su verificación, pero el problema es que el
agnosticismo intenta aplicar un criterio de verificación estrecho al problema
de la existencia de dios, trata la cuestión como si la intangibilidad, la
incorporeidad que se atribuye a dios fuera un obstáculo insuperable para la
investigación. Si este escollo fuera insuperable, entonces prácticamente toda
la vida interior del hombre sería imposible de ser estudiada: ¿existe la
memoria, existe la voluntad, la inteligencia, el amor? ¿Son hechos o son
simplemente realidades que creamos para dar razón de ciertas manifestaciones
que observamos? Estas realidades no pueden ser observadas directamente, por lo
que uno debe proceder a examinar las manifestaciones a las que se atribuye su
presencia. Ese es el camino correcto para decidir si se justifica o no la
utilización del término. Por consiguiente, la existencia de Dios puede ser
verificada. La ciencia natural ya demostró que la regularidad del universo
obedece ineluctablemente a leyes físicas y no a principios divinos, que toda la materia y energía existente no
pueden ser objeto de creación ni destrucción. Y en cuanto a la psicología, los
estudios sobre la superstición han demostrado que las creencias religiosas
surgen en un clima de estrechez informativa y vulnerabilidad emocional. Todo
ello, y la misma existencia del budismo hinduista y zen que permiten acceder a
alto niveles de espiritualidad sin necesidad de contar con la existencia de
dios, me lleva a sacar la conclusión que la hipótesis de la existencia de dios
es innecesaria e inútil. Es por eso que soy un ateo convicto y confeso.
jueves, 3 de enero de 2013
SERES
BANALES-DES ÊTRES BANALS
Vidas
banales, existencias vacías, espíritus idiotizados por el vértigo del
consumismo. Lo que tengo no lo necesito y lo que tengo ahora no basta. Mi vida
está rodeada de mercancías, yo mismo soy una mercancía. Soy una existencia
banal, una célula enferma en ese gigantesco tumor llamado globalización.
Des vies banales, des existences vides, des
esprits idiotiosés pour le vertige du consumérisme: ce que j´ai je n´ai pas
besoin et ce que j´ai maitenant n´est pas suffisant. Ma vie est entourée de
marchandises, moi même, je suis une marchandise. Je suis une existence banale,
une cellule malade dans cette gigantesque tumeur appelée globalisation.
LA DIGNIDAD HUMANA-LA DIGNITÉ HUMAINE
Es en la capacidad de enriquecerse a través de las posibilidades, es en las existencias múltiples que el hombre puede tener donde radica su dignidad, su autorrespeto. El consumismo es profundamente irrespetuoso ya que solo desarrolla una posibilidad anulando o empobreciendo todas las demás.
C´est
dans la capacité de s´enrichir à travers les possibilités, c´est dans les
existences multiples que l´homme peut devenir où rèside sa dignité, sa majesté.
Le consumérisme est profondement irrespectueux car il explote une seule
possibilté, en annulant ou appauvrissant toutes les autres.
miércoles, 2 de enero de 2013
SUR LA BANALITÉ DANS LE SYSTÈME
La
banalité est un aspect essentiel du système. La domination a besoin de
banaliser l´existence, a besoin de profaner l´humain dans le but de se
reproduire et de se consolider. La pensée, l´art, la religion, l´education,
l´intimité ont perdu leur grandeur, ont été dépouillés de leur condition
trascendente. Le fétiche de la marchandise
est omniprésent et omnipotent.
EL ROL OPRESIVO DE LA BANALIDAD
La banalidad es un aspecto
esencial del sistema. La dominación necesita banalizar la existencia, necesita
desacralizar lo humano para reproducirse y afianzarse. Ya no hay actividad humana
que no haya sido banalizada por el sistema: el pensamiento, el arte, la
religión, la educación, la intimidad han sido despojados de su esencialidad. El
fetiche de la mercancía se ha tornado omnipresente y omnipotente.
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