domingo, 6 de enero de 2013


LAS AGUAS TIBIAS DEL AGNOSTICISMO
Lo que caracteriza al agnosticismo es su precariedad conceptual, su cobardía teórica para afrontar radicalmente el problema de Dios. El agnosticismo es la postura cómoda, light del que no quiere comprometerse, es la traición al espíritu crítico de la ciencia. El agnóstico se queda a mitad del camino de su liberación, pues se niega a dar el zarpazo letal a su prejuicio religioso, se siente amedrentado ante la posibilidad del escándalo y la desaprobación del statuo quo. Hay verdades que requieren no solo lucidez, sino también coraje: al agnóstico le falta esto último. Ateo por la gracia de mi razón y por el bendito temple de mi carácter. Amén.



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POR QUÉ NO SOY AGNÓSTICO
 El agnosticismo parte de un supuesto válido: no podemos afirmar o negar que algo sea verdadero si no tenemos criterios objetivos para su verificación, pero el problema es que el agnosticismo intenta aplicar un criterio de verificación estrecho al problema de la existencia de dios, trata la cuestión como si la intangibilidad, la incorporeidad que se atribuye a dios fuera un obstáculo insuperable para la investigación. Si este escollo fuera insuperable, entonces prácticamente toda la vida interior del hombre sería imposible de ser estudiada: ¿existe la memoria, existe la voluntad, la inteligencia, el amor? ¿Son hechos o son simplemente realidades que creamos para dar razón de ciertas manifestaciones que observamos? Estas realidades no pueden ser observadas directamente, por lo que uno debe proceder a examinar las manifestaciones a las que se atribuye su presencia. Ese es el camino correcto para decidir si se justifica o no la utilización del término. Por consiguiente, la existencia de Dios puede ser verificada. La ciencia natural ya demostró que la regularidad del universo obedece ineluctablemente a leyes físicas y no a principios divinos,  que toda la materia y energía existente no pueden ser objeto de creación ni destrucción. Y en cuanto a la psicología, los estudios sobre la superstición han demostrado que las creencias religiosas surgen en un clima de estrechez informativa y vulnerabilidad emocional. Todo ello, y la misma existencia del budismo hinduista y zen que permiten acceder a alto niveles de espiritualidad sin necesidad de contar con la existencia de dios, me lleva a sacar la conclusión que la hipótesis de la existencia de dios es innecesaria e inútil. Es por eso que soy un ateo convicto y confeso. 


jueves, 3 de enero de 2013


SERES BANALES-DES ÊTRES BANALS

Vidas banales, existencias vacías, espíritus idiotizados por el vértigo del consumismo. Lo que tengo no lo necesito y lo que tengo ahora no basta. Mi vida está rodeada de mercancías, yo mismo soy una mercancía. Soy una existencia banal, una célula enferma en ese gigantesco tumor llamado globalización.

Des vies banales, des existences vides, des esprits idiotiosés pour le vertige du consumérisme: ce que j´ai je n´ai pas besoin et ce que j´ai maitenant n´est pas suffisant. Ma vie est entourée de marchandises, moi même, je suis une marchandise. Je suis une existence banale, une cellule malade dans cette gigantesque tumeur appelée globalisation.



LA DIGNIDAD HUMANA-LA DIGNITÉ HUMAINE

Es en la capacidad de enriquecerse a través de las posibilidades, es en las existencias múltiples que el hombre puede tener donde radica su dignidad, su autorrespeto. El consumismo es profundamente irrespetuoso ya que solo desarrolla una posibilidad anulando o empobreciendo todas las demás.

C´est dans la capacité de s´enrichir à travers les possibilités, c´est dans les existences multiples que l´homme peut devenir où rèside sa dignité, sa majesté. Le consumérisme est profondement irrespectueux car il explote une seule possibilté, en annulant ou appauvrissant toutes les autres.


miércoles, 2 de enero de 2013


SUR LA BANALITÉ DANS LE SYSTÈME
La banalité est un aspect essentiel du système. La domination a besoin de banaliser l´existence, a besoin de profaner l´humain dans le but de se reproduire et de se consolider. La pensée, l´art, la religion, l´education, l´intimité ont perdu leur grandeur, ont été dépouillés de leur condition trascendente. Le fétiche de la marchandise est omniprésent et omnipotent.





EL ROL OPRESIVO DE LA BANALIDAD
La banalidad es un aspecto esencial del sistema. La dominación necesita banalizar la existencia, necesita desacralizar lo humano para reproducirse y afianzarse. Ya no hay actividad humana que no haya sido banalizada por el sistema: el pensamiento, el arte, la religión, la educación, la intimidad han sido despojados de su esencialidad. El fetiche de la mercancía se ha tornado omnipresente y omnipotente.