EL ROL OPRESIVO DE LA BANALIDAD
La banalidad es un aspecto
esencial del sistema. La dominación necesita banalizar la existencia, necesita
desacralizar lo humano para reproducirse y afianzarse. Ya no hay actividad humana
que no haya sido banalizada por el sistema: el pensamiento, el arte, la
religión, la educación, la intimidad han sido despojados de su esencialidad. El
fetiche de la mercancía se ha tornado omnipresente y omnipotente.
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