La esencia del capitalismo es la producción ilimitada de mercancías, la incontenible expansión del mercado. A este crecimiento irrefrenable se debe la globalización. Sin embargo, esta expansión requiere de la creación de nuevas necesidades, de crecientes consumidores. Como la gran mayoría de consumidores carece de dinero en efectivo, entonces el capitalismo globaliza el crédito de tal modo que se mantenga y desarrolle el sistema. De este modo, el capital financiero se convierte en un instrumento esencial del sistema, tanto así que incluso el capital virtual (el capital que no se posee, pero que uno tiene la potencialidad de poseer) llega a tener tanta importancia como el capital real. Por último, el capital financiero solo puede funcionar eficientemente si hay una mentalidad plenamente consumista en la gente, si existe en ella una avidez creciente e incesante por comprar y a través de la cosa comprada llegar a sentirse paradójicamente "alguien".