lunes, 27 de agosto de 2012


LOS EMERGENTES

Emergieron del resentimiento y los venenos recónditos,
del odio soterrado colmado de ponzoña.
Emergieron para hacer sentir su voz,
su voz quejumbrosa y vindicativa
en medio de sudores de venganza y afán maligno.
Y cuando emergieron su encono se hizo insolencia:
insolencia del vil metal, del billete manoseado.
Masacraron bibliotecas, pisotearon pensamientos, hicieron del rosal de la cultura una planta rastrera y gusanada.
Y ahora se yerguen orgullosos en su brutal ignorancia. 






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